martes, 29 de julio de 2014

Día 19: The end.

Se acabó el anecdotario.

No como deseábamos, quizás, pero acabado al fin y al cabo.

Ahora, es tiempo del diario.

El diario de una ausencia.

La nuestra.

Hasta siempre,
por siempre te querré.

Pues eso.

lunes, 30 de junio de 2014

Día 18: Se me agota el tiempo.

Se me acaba el tiempo pero no las palabras. Y ese es el problema. Porque el problema nunca son las palabras. El problema nunca es el amor, el desamor, las inmensas ganas de ti o la ausencia de ellas. El problema es, y será, y fue también, siempre el tiempo.
Volviendo al presente, la escasez de tiempo me crea un cuello de botella en la garganta, anudando ideas y entorpeciendo el flujo de palabras. No más de esta tarde deberé dejar de escribir estas misivas para hacértelas llegar. 
Y ahora que veo que llega al final, las anécdotas que debieran servir de sustento para mis cartas se me agolpan en las manos, intentando salir todas a la vez y no consiguiéndolo ninguna de forma coherente. 

Una roca vacía no es más que un pedrusco lleno de recuerdos. Ni menos.

Y es una putada. Porque salen solas,


El recuerdo de una comida con vistas a la catedral.

sin que yo pueda elegir cuál

Dame un becito.

va delante, y cuál va detrás.

Y ahora que lo pienso, no sé si esto, sinceramente, es realmente una putada o algo maravilloso.
Porque he intentado que las imágenes que ya tenemos no aparezcan con excesiva asiduidad, pero es que dejar de recordar es imposible cuando se trata de tus ojos, y qué quieres que te diga, un paseo por Cádiz da para mucho. Entre explicaciones y anécdotas históricas no podía evitar situarte entre tantas esquinas aún deslumbradas por tu sonrisa. No puedo evitar entrar en una gruta rocosa en medio de un parque y no recordar que fue un escondite perfecto para nuestros besos. Tampoco puedo evitar que una roca deje de evocarme imágenes por muy hundida que esté en el agua de una alta marea. Y bueno, ya sabemos ambos que nada tiene que envidiar una bolsa de hamburguesas y patatas a un restaruante si el sonido del oleaje nos pone el hilo musical en plena espalda de la catedral.


Qué bonito el viento cuando te sacude las vergüenzas.

Este puede parecer el fin. Al menos de estas letras. Pero no lo es para nosotros.
Se me agota el tiempo, y se quedan seguro palabras en el tintero. Pero ya va siendo hora de terminar.
Entre tanto que estas cartas te llegan, seguiré en la estacada luchando contra mis demonios, y quizás hasta pueda con los tuyos.

Canción del Día 18: en menos de dos semanas nos vemos, y ése será el verdadero final. Ése será el capítulo que cierre este anecdotario. Y lo escribiremos entre ambos. Mientras tanto, seguiré adelante hasta el final.

Pues eso.

viernes, 27 de junio de 2014

Día 17: Empieza la cuenta atrás.

¿Cuántas veces has leído eso de "Acabas de salir por la puerta, y ya te echo de menos"? No me refiero a mí, o a ti, que también. Sino en general. Pues esta es una de esas veces.
Así que te vas un poco, o nos vamos, o nos quedamos quietos pero de espaldas. No sé, quizás sólo nos escondamos cada uno en su lugar esperando a que la cuenta-alante llegue al final y alguien grite el por mí y por todos mis compañeros que nos salve de la debacle.
Te vas y me dejas vacío. Me voy y te dejo vacía. O no, ambos nos conocemos, y sabemos de nuestra incapacidad para estar separados por mucho tiempo. Y más ahora.
Lo que es peor: te vas y me dejas sin anecdotario que recopilar. Por un lado guay, tendré tiempo de terminarlo. Por otro lado mal, tendré que tirar de poesía para rellenar.
Empecemos pues:

Y qué si el pecho nos oprime
Y qué si las horas no pasan
Y qué si tú, si yo, si nosotros
no nos entendemos.

No es tiempo de mirar alante
mejor contar con los dedos
los días que no pasaron
las noches que se esfumaron

Y qué si tú sin yo, si yo sin tú

El mundo se pudre
los polos se derriten
y millones de gente
se mueren de hambre
Y nosotros nos pensamos

Y qué si mi mente no cesa
Y qué si no tengo ya consciencia

No hay recoveco de mi ser ya que no te sienta
no hay hueco en mi forma de ver lo cierto que no te mienta
no hay forma de sentir como siento
y no morir en el intento.
No, lo siento,
no aguanto más este tormento.
O lo dices, o reviento.

Pues eso.

jueves, 26 de junio de 2014

Día 16: Entre altos y bajos: incumpliendo promesas.

No todo son flores en el jardín de infancia, de vez en cuando se cuela algún que otra abeja. Pero qué quieres que te diga, las abejas son necesarias para la polinización, sin ellas las flores acabarían mustias y marchitas, ennegreciendo el jardín más precioso de todos. Y aquí está tu abeja, si no picando, al menos polinizando. O ambas a la vez, no sé, esto escuece y alivia a partes iguales.

"Una parte de mí esperaba que me hubieras escrito. Sabía que no lo habías hecho, porque ayer ni me despedí y porque tú no saludas, tú me esperas. Pero de esperanzas o mini esperanzas se vive. Aunqe no deberíamos esperar mucho nunca y sí darlo todo. Pero quizás eso sea otro capítulo. Capítulos de una historia, de nuetra historia. Así que aquí estoy, con el asunto de este correo.

Llevo toda la mañana con Daniela y Daniel y también el otro Daniel, que no ESE Daniel... Se quieren desde el minuto cero y tienen que pasar cuatro estaciones y un avión para que sientan sus labios sin complejos, para querer y dejarse querer, sin trabas. Tiene que ser en la otra puta punta del mundo, en un país cuyo nombre guarda una sola R en sus letras pero que suena espantoso como si llevara una en cada sílaba, 3. Pero así es, así pasa.
Quizás el libro acaba en el momento perfecto pero ambos sabemos que no serán la pareja perfecta para siempre pero nos gustan los finales felices. Cada día debería ser un final feliz. Lo más seguro es que su amor los alimente los meses suficientes para que Daniel termine el libro de Tulio, habiendo hecho el amor entre página y página, mientras Daniela va y viene a Madrid al antojo de la agencia pero siempre al capricho de Daniel. Él va primero, cada día negado con un "nunca" merecen tres "ahora mismo". Y después ... sobre lo que pasa después podríamos escribir otro libro, juntos. O pedirle a Salem que lo haga.
[...]
Somos presente. Pero presente por un futuro, o mínimo un encuentro. Realmente tengo muchas ganas de verte, muchas ganas de ti, de lo que hacemos por aquí pero con un juego de miradas, con timidez en la piel, con gestos cómplices y vergonzosos. Desnudos de complejos y temores.
Y estoy, cómo decirlo, superada. Y necesito que alguien me coja de la mano y me ayude a salir de este bucle pero a la vez no quiero que lo haga nadie, quiero que sea mi mano izquierda la que tire de la derecha, o viceversa, pero que lo haga YA. Por favor...

Dime algo que quiera escuchar. Dime que no estoy loca y no me lo estoy volviendo. Dime que me merezco que me manden a la mierda pero que no muy lejos. Dime la segunda sorpresa. Dime si esto es un sueño o una pesadilla bonita. Dímelo todo. Dímelo...

Tengo miedo. "

Y yo también, Blanca, y yo también. 

Canción del día: como ya te dije ayer, me estás volviendo loco, en los dos sentidos. Y no sé cuál de ellos me gusta más.


P.S.: ¿Adónde nos lleva este río?

Hoy no sé si pues eso. 

Día 15: Grítame.

El poder de tu sonrisa no tiene parangón. Conocedora de ello te recreas en el regocijo de hacerme vibrar al son de las notas que te marque el Sol. Si llueve en tus adentros: apagadas y mustias serán mis vibraciones, con húmedas connotaciones de dolor y algún que otro relámpago por tormento. Si soleado amanece tu día seré capaz de superar la velocidad del sonido con mis latidos con un sólo guiñar de tus ojos. 

Sin haber esperado las 12 horas de cortesía que he esperado, posiblemente no tuviera estas putas ganas de saber de ti. Ganas que no te mereces, perdona que te diga. Hoy, tras lo de ayer, no. Pero aquí me tienes, maquetando tu libro, éste tu anecdotario, que de salir todo bien formará parte de tu estantería el mismo día que entonemos un jamás predecido de un parasiempre o un paranunca.

Tiene gracia ahora que lo pienso. Llevo un mes trabajando en esto. Será mi primer, y espero que no último, libro publicado. Y será tuyo. Y será para ti. Y lo mismo hasta me recriminas haber publicado un libro antes que tú. 
Al principio no sabía qué sería de él. Simplemente me dediqué a escribir el paso de los días en un blog, sin pensar siquiera en si te lo llegaría a mostrar algún día o no. Sentía miedo por que lo descubrieras por ti misma (o a través de cualquiera otros ojos espías), al igual que curiosidad por conocer tu reacción al descubrirlo. Y ahora sé lo que quiero: publicarlo, obtener, si mi ego me lo permite, esta única copia, y mostrártelo en persona el día de nuestro reencuentro para que me pegues por adelantarme a ti en la carrera literaria, o que me beses por ser tan indiota. Je... como si lo viera. 

Como decía al principio, el poder de tu sonrisa no tiene parangón. Ni el de tu mirada comparación. Debería odiarte. Debería seguir enfadado como ayer. Lo cierto es que aún no me creo que volvieras a plantearte la idea de separarme de ti con la excusa de un descanso supuestamente excusado. ¿Cuántas veces eres capaz de despedirte de mí, Blanca? 
Pero aquí me tienes, buscando en buzones y carpetas de entrada alguna señal de ti que me dé por fin los buenos días que me merezco.
Pero aquí me tienes, deseando que el tiempo vuele en busca del último día que ponga el punto y seguido/final a este libro.

Canción del día: Como ya digo, no veo el momento de llegar a verte de nuevo, de que llegue nuestro reencuentro. El Encuentro.


P.S.: Sé que me quieres así, con sentimientos mundanos y naturales. Con pasión y enfado. Sin premeditación precedente a mis actos y/o palabras. Pero no me hagas esto más, que un enfado para mí no es una rabieta que a los cinco minutos se va con un beso. Dicen que los polvos de reconciliación son lo mejor. Yo no los he probado, pero quizás sea porque no cabe en mí ese concepto. No de momento. Llámalo rencor, o coherencia con mis sentimientos, o como quieras. Yo sólo pido que no busques el enfrentamiento gratuito o sin razón. Odio toda la ola de sentimientos que provoca en mí un enfado.

Pues eso.

miércoles, 25 de junio de 2014

Día 14: Estás en todas partes.

¿Sabes, Blanca?
Dicen que los buenos días
son,
sin lugar a dudas,
los que amanecen con tu reflejo
en las pupilas del ser amado.

Que los mejores versos ya están escritos
y que los besos no son ya como antaño.


Pero es que 
para mí,
no son necesarios reflejos en pupilas
- que por cierto son negras, y no blancas -
para amanecer bien
si en toda la noche
no he sentido la ausencia de tus ojos en los míos.

Tampoco son necesarios versos
mejores que los tuyos.
No le tengo miedo al folio en blanco: lleva tu nombre implícito en su color.
Ni los besos pasados
son necesarios ya
si tengo guardados
nuevos por besar.


Dicen también
que las nubes tienen forma de nube
y nada más.
Que el aire no habla,
ni susurra,
ni grita,
y ni tan siquiera sugiere
tu nombre al viento.

Pero es que me importa poco
o nada
lo que digan los sabios de mentes lúcidas,
mientras las nubes sean blancas
el viento siga dibujándose como blanco
y el aire me siga trayendo tu nombre, Blanca
en voz alta, susurro o silencio, me da igual.

Blancos los folios,
blancas las nubes,
blancos los sueños,
blancas las casas
de paredes blancas,
blancos los besos.

Blanca la sonrisa de un niño,
blanca.
Blancos los dientes de tu boca,
Blanca.
Blanco por doquier.
Estás en todos lados,
Blanca.

Y es maravilloso.



Pues eso.

lunes, 23 de junio de 2014

Día 13: Martes.

Hay tantos vacíos escondidos en palabras plenas de significados, que los abismos que cada una abre frente a mí al salir de tus labios se pelean entre ellos para ver cuál de ellos se alza vencedor en la carrera por tragarme.

Y yo, que no me decido a saltar por más precipicio que el de tus ojos, manténgome firme, lo más firme que puedo, en ese lunarcillo de tu nariz, esperando que se maten entre ellos, y saltar al vacío, sí, pero de tu colchón.

Hoy es martes 13 aquí y día de San Juan en el mundo real. Una choque de buenos y malos augurios, ya ves, como los que se me clavaban ayer en mi ser. Las hogueras que salté anoche no son de las que cumplen deseos, o tal vez sí, quién sabe. Tampoco hubo orilla en la que hundir mis pies en busca de la buena suerte. Esto no va de suertes. No hay suertes en nuestra mente ni en nuestro corazón. Hay... dudas. Y esas dudas me están llevando a la locura.

Canción del día: Anoche te conté que abracé la soledad durante un tiempo. Y fue bonito mientras duró, es verdad. Pero ella no es una mujer a la que puedas besar y abandonar, y ahora me persigue como alma que lleva el diablo, nunca mejor dicho, y sólo cuando la soledad no es buscada es cuando se muestra fría y certera como sólo ella es.




P.S.: Si he de confesar confieso que mis sentimientos los tengo claros. No puedo pretender mirar hacia otro lado si llevo 5 años mirándote a ti. El problema está en lo que quiero. Si de verdad siento factible compartir mis sueños y metas de nuevo junto a ti. Supongo que todo se irá viendo poco a poco,
día
a
día.

Pues eso. 

Día 12: Cracovia sin ti con El sexo de la risa

Sí, hoy es uno de esos días. Uno de esos días en los que podrían caber semanas, incluso meses. Hoy es uno de esos días marcados en el calendario por y para siempre. De los importantes.
No sé qué más añadir. No es el temible efecto "folio en blanco". Es que me has dejado sin palabras. No tengo voz para expresar tanto... amor. Sí, por qué callarlo.
Y puesto que mis palabras no están por la labor... me he tomado la licencia de darle voz a las tuyas.

<<Ha sido como colgar el teléfono y que toques a mi puerta.
-          Hi!
-          Hi!
-          Thank you very much.
Sí, muchas gracias.

Los sentimientos se me amontonan en mis pensamientos, aunque claramente sobresale uno entre tantos: felicidad. Esa que te hace sonreír tanto que haces sonreír a todo el que te cruzas y esa también, que te provoca cosquillas en el alma, en el rincón del fondo a la izquierda.

No es solo amor. Es algo más, mucho más. No hay lugar para nostalgias, para rememorar, para añorar, ni siquiera para querer más. Solo puedes respirar hondo y pensar: esto sí, esto es lo que a ti te encanta.

Y te encanta por el simple hecho de lo que significa, de que son objetos mágicos.

Leer, sumergirte en la imaginación de los demás o inventarte mundos paralelos, observando en tercera persona tu propia vida… eso ha sido siempre mi dulce pérdida de tiempo mi personal “se me ha ido el santo al cielo”.

Y se me vuelven a mezclar las palabras... Es simplemente un momento perfecto. Tengo dos libros nuevos por leer, cientos de páginas por delante. Ni siquiera son ambos míos para siempre pero es que puedo sumergirme el tiempo suficiente para no dejar de quererte. Valga la redundancia, es suficiente.

Gracias por regalarme un cachito de ti. La felicidad no la compra el dinero, pero gracias a los euros invertidos en el envío del paquete de la Casa del Libro. Adoro girar la cabeza en mi cama y ver “Cracovia sin ti” y a la chica de “El sexo de la risa” mirándome. Y saber que dentro no solo van sus respectivos autores, él y ella, dentro también va tu puño y letra: tu dedicatoria.

¿Qué es un libro sin dedicatoria? El peor regalo del mundo. ¿Qué es una librería sin fechas en la primera página de cada tomo? Una estantería sin historia.
El lugar más humano de la casa está dónde haya libros posados en cualquier lugar. Por eso una mesita de noche es el lugar más perfecto de una habitación si en ella se esconden los placeres de la cama: juguetes y ropa interior; comida rica tipo dulce; el mundo donde echar todas tus mierdas y tú.

Soy feliz. Por esto creo en los pequeños momentos que te regala la vida, la gente. Porque son los que hacen que las piezas del puzle (tu vida) encajen y que nunca puedas tirar a la basura porque son parte de ti. Gracias por ser parte de mí, me encanta que seas parte de mí.

Y aquí lo dejo, porque como escribí antaño… dejarme sin palabras es difícil y hoy es la segunda vez literal que lo consigues (papamóvil – septiembre – posits ).>>

No sabía si dotar de un tono musical este día. Y conste que no soy muy de escuchar las canciones que se repiten y repiten y repiten y repi...en fin. Tú me entiendes perfectamente. Pero este día, este estado emocional, no podían sonar con otras palabras que no sean las de esta canción del día: Happy.


P.S.: Ya sé qué destino le depara a este blog. Ya sé en qué fecha exacta mostrártelo. De esta u otra forma. Y ya sé también qué final va a tener. El que salga de tu mano.

Pues eso.

Día 11: Cracovia sin ti.

Cracovia, sin ti, era preciosa
jodidamente preciosa.
Pero contigo,
no habría tenido comparación.

No veo el momento de que leas estas palabras incrustadas en el libro que lleva por nombre el título de esta entrada.
No veo el momento de que recibas El sexo de la risa también.
No veo el momento en el que me escribas ese teodio tan maravillosamente parecido a un tequiero o, quién sabe, a nuestro equivalente a teamo: Pues eso.

Los putos nervios me están matando. Llevo media mañana con el estómago haciendo el pino, y el corazón en plena maratón deportiva.


Esta espera me está matando.
Canción del día: en lo que me voy a quedar de los nervios como no me avises pronto a la recepción de mi primera sorpresa.


P.S.: Intenta no llorar mucho, que nos conocemos...

Pues eso.

domingo, 22 de junio de 2014

Día 10: Déjame fantasearte.

¿Recuerdas la última vez?
Una noche complicada...sí. Fruto de esa noche surgieron muchos dolores, sentimientos, rencores también, para qué negarlo. Pero fruto de esa noche surgió además este texto que tu silueta me ha hecho recordar. Ya lo habrás leído, te lo acabo de mostrar, pero en este anecdotario debe estar:

Ven, va siendo hora de dormir. Subamos a mi habitación, tengo cama para dos. No te asustes si te asalto sin rodeos, son inmensas mis ansias por tenerte. Por ello ven y acércate. No tengas miedo a sentir mi calor. Quítate la ropa y deja que el frío recorra cada centímetro de tu fina piel. Deja que me deslice cual serpiente entre las sábanas y me entrelace entre tus pies. Siente mi respiración. Suavemente te abrazaré y acariciaré. Y entre sonrisas y palabras perdidas buscaré ese roce que tanto deseas. Déjame encontrar en tus ojos la pasión. Deja que intensifique tu respiración en el mismo instante en que tus labios encuentren en los míos satisfacción. Cierra los ojos y déjate llevar, sólo yo sé donde pulsar. Haz que desee más.

Son las 23:12. La noche acecha, no hay luz del día a la que mirar, y la única canción que me gustaba oír por la noche eran los gemidos de tu voz. Por ello, hoy no hay canción.

Pues eso.

viernes, 20 de junio de 2014

Día 9: Tu voz.

"que yo también la veo.
que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.

que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.

que conozco su voz en formato susurro
y formato gemido
y en formato secreto."

Escandar Algeet.

Cómo no evocar estos versos si me susurras amores camuflados en odios e insultos menores a las taytantas de la madrugada.

Cómo no morir de felicidad si hemos vuelto a tener las noches que marcaron nuestros comienzos. Donde quizás las distancias se medían en pueblos y no países, pero la tecnología nos acercaba oído y labios para poder dormir, si no tranquilos, al menos sonriendo.

Cómo no esperar un buenasnoches susurrado de tu boca si es la única forma de tener unos buenos días hasta por la tarde.

Cómo no quererte como lo hago, si es que no puedo evitarlo.

Canción del día: hoy no hay canción más allá que la voz que sigue resonando en mi cabeza. Por lo que mejor te dejo los versos arriba indicados.


Creo que a veces te escribo sin darme ni cuenta. Pensé que estos versos iban para otros labios. Ahora sé que indudablemente eran para tus ojos:
Somos tú y yo
dos cuerpos
adversos, y abocados
a comernos
a versos, y a bocados.

Y cada vez estoy más seguro de ello.
Pues eso.

jueves, 19 de junio de 2014

Día 8: Te veré, me verás, nos veremos.

Como si de un servicio médico privado se tratara, con antelación inusitada, he recibido cita médica para poner a prueba la salud de un sistema circulatorio no sólo coronado por un corazón que de entrada ya no me pertenece, sino que además incluye todo un sistema nervioso y motor que se postrarán ante tus ojos y sonrisa, una vez más, para que los estremezcas a tu merced.

No veo el momento en el que poder, por fin, rodearte con mis brazos y, quién sabe, besarte en algún lado. Cualquier fragmento de piel me será más que suficiente. No menos cierto es que aguardo esta situación con un tembleque fruto de estos 4 años en los que los abrazos han sido nefastos, extraños, forzados e insuficientes, a excepción de uno. Que este único abrazo realmente sentido y apretado fuera a la vez despedida de un duro año de golpes, recaídas, falsas despedidas e interminables recuerdos, y comienzo de un nuevo año de sinsabores, sinolores, sin vernos ni hablarnos, sinsentidos con un supuesto sentido, el cuál no hemos alcanzado: olvidarnos; que este único abrazo realmente sentido, decía, fuese punto de inflexión, sólo confirma la regla de la cuál él es excepción.

Retomo el título que encabeza este día: nos veremos. Y no será este encuentro igualable a los últimos encontronazos ya pasados.

Canción del día: ¿recuerdas cuando te contaba lo peliculero que era? Siempre soñando despierto, imaginando situaciones reales o inverosímiles. Posibles encuentros a los que ponía voz y oído, frases elocuentes e incluso ingeniosas, al más puro estilo de la pantalla grande. Sí, seguro que lo recuerdas. Sigo así, para qué cambiar, ¿no? Y para este reencuentro no hago más que imaginarme aparcando frente a tu puerta y acercarme a ella con esta canción de fondo.


P.S.: Te lo contaré después, pero es la primera noche que no perdemos el uno en el otro desde hace una semana, y pese a duplicar las horas de sueño, me he levantado hecho mierda. Súmale la ausencia de un buenasnoches y un buenosdías, y verás unas bonitas ojeras subrayando mis ojos. Sí, es verdad, ni noches ni días serán buenos hasta que tú digas lo contrario.

Pues eso.

miércoles, 18 de junio de 2014

Día 7: Tempus fugit.

Hay temas que supongo difíciles de tocar. He debido de tocar uno porque he notado un balonazo en el pecho que me ha obligado a desatender mis obligaciones para tomar algo de aire, hinchar los pulmones, y obligar a la caja torácica volver a su estado inicial.

De nada ha servido, la presión sigue ahí, igual que tu silencio. Así que me ha dado por pensar en inglés, a ver si así...

The time goes by 
as fast as blackbirds flying
through my mind.

No one cared
about me without you
but you and me
Now we are just
two known people
knowing each other
another time, and another, and another...
Many repetitions make me think
if we are just meeting each other again,
or loving us as always.

Y de repente llegas, y despiertas de tu sueño, en el que me ves, nos ves, entre letras, entre líneas, con imágenes evocadas y factibles, y me dices que me quieres con la boca pequeña, avec ta bouche de pignon, que no me queda más que dejarte entrever por las rendijas de esta persiana, pero sin mostrar mucho.


Canción del día:  Una nueva vida está en ciernes, o eso parece. Por ello esta canción, con estos versos en particular:
Con tu mano huelo la felicidad
y vuelo ese instante sin pensar


Sé que te debo dos secretos de momento. No sé cuántos más llegará a idear esta maldita cabecita loca. Pero tú no desesperes, todo llega. Y esto será algo de ese todo.
Pues eso.

martes, 17 de junio de 2014

Día 6: No me acostumbro

Hace tanto, tanto tantísimo, que no te veía tan pletórica, que aún ni me hago a la idea de que pueda ser por nosotros.
Esa irradiación de felicidad, exultante para mí, insultante para los infelices, llena de luz, y no exagero, las noches que paso insomne ultimamente.

No hay manera literaria de expresar lo contagioso de tu sonrisa si es al pensar mi nombre. Se me quedan cortos los versos y estrofas, y no hay poema que me parezca suficiente.
Es cierto que donde duele, inspira. Pero no es cierto que la poesía al desamor sea mejor que la de enamoramientos corrientes, atípicos, juveniles o en la madurez. Simplemente el amor se nos viene grande ante el papel, y no hay mano que nos deleite con una composición digna del mismo.

Canción del día: la que por nombre lleva esta entrada.


No me acostumbro a la idea de poder ser uno de nuevo. Pero sigue así, tan tú cuando los besos acunaban nuestros labios, que menos me acostumbro aún a sentirte desaparecer de nuevo.
Pues eso.

domingo, 15 de junio de 2014

Día 5: Vuelven las ganas de ti.

Este día ha sido largo.
Las despedidas siempre son largas, aunque duren apenas segundos. Si el adiós se convierte en hasta luego, o incluso en un ¡hola! de esplendorosa algarabía, los segundos suben de nivel y de un segundo llegan al ático del tiempo. Allá donde los días se cuentan por suspiros, y no siempre de uno en uno.

Llevo tres horas de sueño encima tan solo, y unas 4 o 5 más de sueños. Y las ojeras dicen que así no se dignan a salir. Me han montado un piquete en el párpado izquierdo diciendo que si se ha soñado sin dormir no es culpa de ellas, que hoy es día libre y no piensan trabajar. Hijas de puta, ¿desde cuándo es día libre un lunes por la mañana?

Ahora a lo prometido. Los cambios son buenos si son consentidos, sí, pero atemorizan igual. Y cuando se trata de modificar raíces ancladas en la tierra, más aún.
Poco a poco, po trochu que decían en polaco.

Y por ello, esta canción del día:

P.S.: Anoche me quedé con las ganas de decirte que te quiero. Siempre he supuesto que tengo mis formas para hacértelo saber sin decirlo, pero te lo dejo caer de nuevo por si acaso no te has enterado. Pues eso.

lunes, 9 de junio de 2014

Día 3: Dudas

Buenos días, tú.
Hemos hablado de mis desvaríos. "Si dudas si preguntas, no dudes y pregunta". Y tú dudas, y preguntas. Y tus preguntas me llevan a la duda. Y dudo. Pero no pregunto.

¿Te imaginas que cambio mi vida por ti? Tú así lo has hecho. Y ahora dudo si es por mí, o si lo es pero no quieres que lo sea. Y dudo, y pregunto ¿me quieres? Y dudas, y preguntas ¿a qué tú te refieres? ¿a qué yo amas?
Y dudo si esta cuenta alante tiene sentido, y si éste no es hacia el vacío.

Pero shh... esto es secreto,
y sólo yo
sumo los días que restan a nuestro encuentro.

 Tema del día: Mi primer desvarío público hacía referencia a este cantante, a este poeta que describía tan perfectamente mi presente desde un pasado en el que mi existencia se antojaba dudosa. Sigue siendo así:
"He visto el paraíso y el infierno
sin ni tan siquiera abrir los ojos,
y tu siempre has estado a mi lado,
a miles de kilómetros o entre mis brazos. "



Por último, si dudas, no lo hagas más, y no preguntes, bésame de una puta vez, que me muero de ganas por volverlo a hacer.
Pues eso.

Día 2: ¿Qué me vas a contar?

Pues te contaré una cuenta alante hasta el punto de intersección. 
Yo, que nos creía infinitesimales líneas paralelas, semisegmentos abiertos a un final por separado, me veo sorprendido por una atracción constante, una fuerza que no distingo si gravitacional o electromagnética, química quizás, que nos une, paso a paso, día a día, a unir nuestros recorridos en una misma dirección, sentido, altura cota y separación del plano tridimensional.

Dije que mi vida necesitaba un cambio ¿180º? No conozco ni me importa la graduación, sólo necesitaba un cambio, ¿serás tú, otra vez, partícipe del mismo?
Los días dirán.

Tema del día: sé que andas dando rienda suelta a tus delirios a través de una libreta de anotaciones y escritos, tal como yo hago de forma virtual. Por ello esta canción:

 

P.S.: Observarás que apenas han pasado un par de horas desde el primer día al segundo. Los días, haciendo honor a la relatividad de la duración del tiempo cuando andábamos juntos, aquí no se cuentan de 24 en 24 horas, sino de ideas en ideas, de sentimiento en sentimiento, o de canción en canción ¿por qué no?. Los días aquí se cuentan de uno en uno, paso a paso, día a día. Como a mí me sale de los dedos, sí, para qué negarlo. Pero es que verás: aprendí que a tu lado, o por desgracia no a tu lado, cinco años no han servido de mucho. He aprendido que, si cuando nos besábamos, los segundos pasaban a ser minutos, y los minutos horas, ¿por qué no iban a ser los días horas, las horas meses, y los besos insuficientes?
Pues eso.

domingo, 8 de junio de 2014

Día 1: Hacia ti

Buenos días tú. 
Aún no lo sabes, supongo, pero aquí estoy, para hablarte de vez en cuando.
¿Recuerdas que ya escribí nuestra historia? Claro que sí. Tú misma me lo recordaste ayer, día que contaré como Día Cero, y aquí la tengo pendiente para releer y recordar.

No extenderé más este día. Ya irás viendo cómo avanza esto paso a paso. Día a día.

Pues eso.

Tema del día: no podía ser otro que este.