lunes, 23 de junio de 2014

Día 13: Martes.

Hay tantos vacíos escondidos en palabras plenas de significados, que los abismos que cada una abre frente a mí al salir de tus labios se pelean entre ellos para ver cuál de ellos se alza vencedor en la carrera por tragarme.

Y yo, que no me decido a saltar por más precipicio que el de tus ojos, manténgome firme, lo más firme que puedo, en ese lunarcillo de tu nariz, esperando que se maten entre ellos, y saltar al vacío, sí, pero de tu colchón.

Hoy es martes 13 aquí y día de San Juan en el mundo real. Una choque de buenos y malos augurios, ya ves, como los que se me clavaban ayer en mi ser. Las hogueras que salté anoche no son de las que cumplen deseos, o tal vez sí, quién sabe. Tampoco hubo orilla en la que hundir mis pies en busca de la buena suerte. Esto no va de suertes. No hay suertes en nuestra mente ni en nuestro corazón. Hay... dudas. Y esas dudas me están llevando a la locura.

Canción del día: Anoche te conté que abracé la soledad durante un tiempo. Y fue bonito mientras duró, es verdad. Pero ella no es una mujer a la que puedas besar y abandonar, y ahora me persigue como alma que lleva el diablo, nunca mejor dicho, y sólo cuando la soledad no es buscada es cuando se muestra fría y certera como sólo ella es.




P.S.: Si he de confesar confieso que mis sentimientos los tengo claros. No puedo pretender mirar hacia otro lado si llevo 5 años mirándote a ti. El problema está en lo que quiero. Si de verdad siento factible compartir mis sueños y metas de nuevo junto a ti. Supongo que todo se irá viendo poco a poco,
día
a
día.

Pues eso.