jueves, 26 de junio de 2014

Día 16: Entre altos y bajos: incumpliendo promesas.

No todo son flores en el jardín de infancia, de vez en cuando se cuela algún que otra abeja. Pero qué quieres que te diga, las abejas son necesarias para la polinización, sin ellas las flores acabarían mustias y marchitas, ennegreciendo el jardín más precioso de todos. Y aquí está tu abeja, si no picando, al menos polinizando. O ambas a la vez, no sé, esto escuece y alivia a partes iguales.

"Una parte de mí esperaba que me hubieras escrito. Sabía que no lo habías hecho, porque ayer ni me despedí y porque tú no saludas, tú me esperas. Pero de esperanzas o mini esperanzas se vive. Aunqe no deberíamos esperar mucho nunca y sí darlo todo. Pero quizás eso sea otro capítulo. Capítulos de una historia, de nuetra historia. Así que aquí estoy, con el asunto de este correo.

Llevo toda la mañana con Daniela y Daniel y también el otro Daniel, que no ESE Daniel... Se quieren desde el minuto cero y tienen que pasar cuatro estaciones y un avión para que sientan sus labios sin complejos, para querer y dejarse querer, sin trabas. Tiene que ser en la otra puta punta del mundo, en un país cuyo nombre guarda una sola R en sus letras pero que suena espantoso como si llevara una en cada sílaba, 3. Pero así es, así pasa.
Quizás el libro acaba en el momento perfecto pero ambos sabemos que no serán la pareja perfecta para siempre pero nos gustan los finales felices. Cada día debería ser un final feliz. Lo más seguro es que su amor los alimente los meses suficientes para que Daniel termine el libro de Tulio, habiendo hecho el amor entre página y página, mientras Daniela va y viene a Madrid al antojo de la agencia pero siempre al capricho de Daniel. Él va primero, cada día negado con un "nunca" merecen tres "ahora mismo". Y después ... sobre lo que pasa después podríamos escribir otro libro, juntos. O pedirle a Salem que lo haga.
[...]
Somos presente. Pero presente por un futuro, o mínimo un encuentro. Realmente tengo muchas ganas de verte, muchas ganas de ti, de lo que hacemos por aquí pero con un juego de miradas, con timidez en la piel, con gestos cómplices y vergonzosos. Desnudos de complejos y temores.
Y estoy, cómo decirlo, superada. Y necesito que alguien me coja de la mano y me ayude a salir de este bucle pero a la vez no quiero que lo haga nadie, quiero que sea mi mano izquierda la que tire de la derecha, o viceversa, pero que lo haga YA. Por favor...

Dime algo que quiera escuchar. Dime que no estoy loca y no me lo estoy volviendo. Dime que me merezco que me manden a la mierda pero que no muy lejos. Dime la segunda sorpresa. Dime si esto es un sueño o una pesadilla bonita. Dímelo todo. Dímelo...

Tengo miedo. "

Y yo también, Blanca, y yo también. 

Canción del día: como ya te dije ayer, me estás volviendo loco, en los dos sentidos. Y no sé cuál de ellos me gusta más.


P.S.: ¿Adónde nos lleva este río?

Hoy no sé si pues eso.